Ana Mora 

1980 Columbia, Carolina del Sur, Estados Unidos

Vive y trabaja en Bogotá.

Egresada de la Universidad de Los Andes con Maestría en Artes Plásticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, Colombia, en 2018.

“Pintar es expresar este mundo estando presente en el hacer, en los medios y en los problemas de la pintura”.  

“El hacer / la pintura / pintar; no es lo real ya visto, sino una mezcla inextricable de imaginario y de real, de afecto y de concepto”. 

Mikel Dufrenne.

PINTAR

Lo primero que llama mi atención son unos campos de color. El verde, el fucsia, un azul (no sabría bien qué azul exactamente) aunque me lleva a pensar en que debe ser de la familia del turquesa.

Por ahí hay un vermillon, me ha quitado el sueño, es su aspecto “parejo”, saturado y luminoso. He querido replicar ensayando los otros colores sobre la tela, y pienso que ha faltado tal vez saturación a la hora de preparar el color.

El color azul y el verde hablan, son como de la misma familia.

Blue: se me asocia mucho con el estar blue…

Verde: a mi me haces sentir más bien y pensar, en aguas y cielos. Me gusta ese aspecto que tienes ligero y las huellas que quedan y muestras del rastro que deja el pigmento al tocarte no una sino varias veces.

Blue: verde, veo en ti en tu aspecto físico como con el rosado intentan fundirse, más que fundirse es como un abrazo, ¡claro! pareciera también que te quisieras comer el rosado.

Creo que en el centro, como se comienza a ver, van a ir unas nalgas. Hay algo con las nalgas, ¡con la carne! que aún no agarro del todo… La imagen que tengo en mente reproducir es precisamente un buen agarre de nalgas, como el de la foto maravillosa en la ducha del libro del Kamasutra que imprimí varias veces. Esas nalgas parecen ¡carne de fruta fresca! Su color, su textura, tono y superficie (hay que resaltar, que están mojadas).

Entro en la otra habitación y me es difícil no pensar en la tragedia de “Edipo Rey”, al ver los huecos en los ojos de los dos personajes principales que componen la imagen. Entré con tijeras y les quité los ojos. Al personaje del antifaz decidí ponerle por lo pronto en su ojos un “ungüento” de terciopelo negro. El rostro del lado, si se ha quedado sin vista… 

Luego hay unos fragmentos que salen de un total (de una imagen completa), son una especie de paisajes delineados y recortados, unas nuevas vistas.